Some Food [Priv]

Maldita...sean esos dos. Ahora estaba allí encerrado ocmo un perro, estranaría mucho su vida de vago,en las calles, y a todos aquellos con los que compartia hogar por así decirlo, saco de su morral una cajetilla y lo ensendio,fumaba dentro dle sitio y no le importaba, caminó hacía la cafeteria donde tomo un plato con una ensalada y camarones,y sin usar cubiertos y con los dedos comenzo a comer.

-...-

Estaba solo en el rincón,lejos denquialquiera, mientras mordia un marisco con deleite, estaba ...delicioso, aveces se consideraba gato por el placer de comer camarones y pulpo-- mhn-

No tenía hambre, la verdad sentía nauseas. Las drogas comenzaban a salir de mi sistema y sabía que dentro de unas horas me pondría realmente mal. Así que tímidamente entré a la cafetería y tomé una soda y una manzana. Caminé ignorando las miradas y me senté. Me sentía extraña… como si la parte que me hacía falta estuviera justo ahí, pero yo no la veía…

Fijé mi vista en la charola y fruncí el ceño. Olía a cigarrillos… volteé de reojo, escondiendo un poco mi rostro entre el cabello. Entonces me quedé sin aliento… era él…

Seguía co nel cigarro ensendido,su olor era delicioso, y se dedicaba a comer con la mano la ensalada de mariscos como un lindo minino callejero comer los restos de un bote de basura, se lamio los dedos y sintio una mirada,pero no la tomo en cuenta, el seguia alimentando su cuerpo,esta vez tomando un puñado pequeño y llevandolo a su boca perforada con varios aretes. -mhn...- mascó y siguió,le faltaba la coca cola y se levanto para caminar donde los refrescos.

Le seguí con la mirada. ¿Cómo debía acercarme? Por supuesto que no podía llegar de la nada y decirle “hola hermanito, que tal te ha ido desde que nos abandonaste” y menos sabiendo que en realidad la culpa había sido de mi madre… o tal había sido mía… tragué fuerte y abrí mi refresco para dar un pequeño sorbo…

Volví a fijar la vista en él disimuladamente, estudiando sus movimientos y los ligeros cambios que había hecho desde la última vez que lo vi… mi pobre hermanito…

Tomo lo deseado y se giró, comenznado de nuevo su caminar a la mesa donde estaba, paso por un lado de la otra,y su mano acarisio levemente la orilla d ela mesa d ela menor, no por haverla visto si no, por inersia, se sento y se chupo los dedos comenzando a comer de nuevo, estaba entretenido ne el plato que apago el cigarro y comenzo a comer ahora con galletas ritz de mantequilla-.mhn..- relamia y parecia bastante tranquilo.

Sentí una corriente eléctrica cuando pasó junto a mí, vi su mano acariciar la orilla de mi mesa y la ansiedad me invadió. Volví a dar otro traguito y me levanté. De repente tenía mucha hambre, nervios seguramente… Tomé una ensalada y moví la cabeza llevando mi cabello hacía atrás. Una chica pasó a mi lado y reconociéndome me saludó emocionada. –Lizz!- chilló. Yo solo sonreí y le firmé la lata que sostenía entre sus manos.

Con paso elegante volví a mi lugar mientras picaba con el tenedor la lechuga y el tomate. Miré nuevamente a mi hermano debatiéndome entre ir o no ir…

-...-

Seguía comiendo,cuando escucho un grito y ese nombre, al igual que ella, no presto atencion, pero..un poco de extrañeza le hizo volver la vista al frente,le miro,su cabello largo y rojizo, su rostro infantil...era ella pero no se acercaria solo se quedo mirandole fijamente casi,tajandola y atravesando su cuerpo como si observase un asiento vacio y enigmatico con sus celestes, cuendo ella le miro el ya le estaba mirando fijo y frio,serio,clamado en si tranquilo, luego relami oy se agacho a comer otra vez.

Sentí un extraño escalofrio y entonces sentí como si un filo helado me atravesara. Sabía que me miraba, era raro, pero aun existía esa extraña conexión de hermanos mellizos que nadie entendía. Le miré a los ojos azules, y entonces vi mis propios ojos, también estudié su nariz, idéntica a la mía, y luego bajé a sus labios… era como ver mi reflejo, solo que modificado… respiré con la boca intentando contener las lagrimas que amenazaban con salir… quería ir… debía ir…

Me levanté dejando mis cosas en la mesa, lo único que llevaba conmigo era mi bolsa de Gucci, mis piernas se movían solas, automáticas y ajenas a todo a mí alrededor. Me paré frente a él y le miré fijamente entre las pestañas -Adam…- susurré con la voz en un hilo.

Le escucho venir, el seguia igual de cerrado, y luego su voz, era ella...la niña con la que habia nacido, auqella que era tna igual y tan distinta a el,aquella...que habia olvidado 5 años de su vida por los vicios d eun adolecente encelado entre callejones, levnato el rostro mirando le frente y luego le miro, levanto le brazo con la mano limpia y le limpio la linea de agua de su ojo derecho.-... Lizz- susurro mirandole serio y fijo,...extraño y hermoso, dandole un consuelo emocional que simplemente no se veia...solo...se snetia entre ellos. -No llores porfavor..-

Sentí como mi reflejo modificado limpiaba mis lágrimas, y aquel silencioso consuelo que solo él podía darme. Tenía tantas preguntas pero también tantos reclamos. ¿Por qué se había ido? Aquella era la más importante para mí, habían pasado 5 años sin saber absolutamente nada de él, y cada día significó estar separada de mi otra mitad. Levante mi brazo y acaricié su piel, tal perfecta y blanca. En ese momento me sentí completa, plena, cálida…

-Adam…- se me quebró la voz y volví a tomar aire –que… que esta pasando- la situación me tenía confundida, sentía que en vez de ahogarme en agua, flotaba suave… como un sueño irreal.

Le miro y le acarisio el pomulo con tranquilidad. -Solo se completó el corazon roto.-susurro y le miro-..ven,trae tus ...no.- se levanto y fue a la otra mesa, tomando las cosas ajenas y posandolas a su lado de forma pegada.-..listo,...¿quieres...acompañar a tu reflejo,a comer algo?-susurro y le miro- aunque no deberia estar en la zona d elas mujeres.-sonrio lijeramente-jm..- nadie...le miraba sonreir...solo..a ella y unicamente a ella.-...no llores.-se sneto d enuevo.

Aquel corazón roto ahora estaba de nuevo como debía ser desde el principio. Sonreí tiernamente mientras le miraba a los ojos, recordando los juegos que solíamos inventar de niños, o cuando nos cambiábamos, haciéndome pasar por él y el por mi… Observé como se levantaba y traía mis cosas, entonces se sentó a mi lado diciendo las palabras clave. –Jamás podría comer sin mi reflejo- dije recordando el juego del espejo.

-nadie se enterará- le dije guiñándole el ojo mientras asimilaba del todo la situación. Mi hermano estaba conmigo, en la misma institución… ¿Qué había hecho en todo aquel tiempo? Mis ojos aun estaban rojos, algo llorosos por la emoción. –No lloro de tristeza, lloro de felicidad…- dije sorbiendo por la nariz cual niña de 5 años.

-Hermanito, que has hecho todo este tiempo ¿Por qué estas aquí?- pregunté preocupada mientras tomaba su mano como solía hacer de pequeños. De niña solía bajar de mi cama y en medio de la noche me acostaba con él en la suya, tomaba su mano y solo así lograba conciliar el sueño.